El consumidor responsable en España
Contenido.
I.- El consumidor responsable en la hoja de ruta hacia la economía circular. II. ¿La Ley que regula al consumidor español habla de consumidor responsable?. III. ¿Cuándo podemos hablar de consumo responsable?. IV.- La ruta para lograr un consumidor responsable. V.- ¿Es la hora del consumidor?
Resumen
Con el impulso de la economía circular siempre se habla de los patrones de consumo y sobre el papel del consumidor en el proceso de transición hacia el modelo de economía circular. En el marco de la Estrategia Española de Economía Circular aprobada en el 2020 y el Plan Nacional de Acción de Economía Circular aprobado en el 2021, ¿qué exigencias se plantea al consumidor y cómo se ha diseñado el camino a recorrer para alcanzarlas?, son dos de los temas que a lo largo de este contenido se pretende abordar.
I.- El consumidor responsable en la hoja de ruta hacia la economía circular.
En junio 2020, el gobierno de España aprobó la Estrategia Española de Economia Circular[1] (EEEC), en ella plantea una serie de políticas que son consideradas importantes para lograr el cambio hacia el modelo circular, ellas son:
- Políticas económicas.
- Fiscalidad.
- Empleo y formación
- Innovación e Investigación.
- Consumo
- Política Industrial.
- Agroalimentación y desarrollo de áreas rurales.
- Agua.
La EEEC expresamente advierte que la economía circular no podrá ser efectiva si el consumidor no adquiere una posición relevante y para ello, es necesario que sea conocedor de los efectos ambientales y de salud pública de los nuevos productos y servicios, a tal fin, es claro que la información, así como la educación y la formación se convierten en instrumentos estratégicos para lograr acercarnos a un consumidor responsable.
El consumidor, según nos dice la EEEC, tiene tres grandes desafíos que tienen que ver con su disposición para aprender a:
1- Comprar o utilizar servicios con criterios que vayan más allá de autosatisfacer sus propias necesidades o requerimientos. Para la EEEC el consumidor cuando va a tomar una decisión debe valorar no lo solo el precio o calidad, sino también criterios de sostenibilidad y para ello la etiqueta ecológica de los productos, se plantea como una herramienta para potenciar esa conducta.
2- Utilizar los productos e insumos de forma coherente con la disponibilidad de recursos; en tal sentido, nos recuerda la Estrategia que es necesario reducir el desperdicio alimentario, el gasto energético e hídrico y el abuso de la extracción de recursos.
Y en ese aspecto sugiere la reparación, la adaptabilidad o la actualización que además, deben ser opciones disponibles para el consumidor a precios razonables.
3- Desechar, no bajo el canon tradicional de usar y tirar sino según patrones de sostenibilidad, separando y depositando adecuadamente los residuos; en este tema no hay duda que hace referencia a una correcta separación que permita la preparación para la reutilización y el reciclaje de alta calidad.
Esos tres desafíos se repiten, como era de esperarse, en el Plan Nacional de Acción de Economía Circular, aprobado en mayo de 2021; esos desafíos nos permiten reflexionar y acercarnos al perfil que se espera de un consumidor responsable en el marco de la cultura circular.
Hablar de consumidor responsable, para VidaCaixa[2], no es sólo una moda, es también un concepto y un estilo de vida muy definido; es una actitud que se refleja en el consumo crítico y consciente y en la utilización de manera eficiente de los recursos de los que dispones en tu hogar.
Las palabras: "actitud", "consumo crítico y consciente", "utilización de manera eficiente de los recursos", son claves para entender el perfil del consumidor responsable y siempre le acompañarán en cualquier definición o estudio de su significado.
1- Comprar o utilizar servicios con criterios que vayan más allá de autosatisfacer sus propias necesidades o requerimientos. Para la EEEC el consumidor cuando va a tomar una decisión debe valorar no lo solo el precio o calidad, sino también criterios de sostenibilidad y para ello la etiqueta ecológica de los productos, se plantea como una herramienta para potenciar esa conducta.
2- Utilizar los productos e insumos de forma coherente con la disponibilidad de recursos; en tal sentido, nos recuerda la Estrategia que es necesario reducir el desperdicio alimentario, el gasto energético e hídrico y el abuso de la extracción de recursos.
Y en ese aspecto sugiere la reparación, la adaptabilidad o la actualización que además, deben ser opciones disponibles para el consumidor a precios razonables.
3- Desechar, no bajo el canon tradicional de usar y tirar sino según patrones de sostenibilidad, separando y depositando adecuadamente los residuos; en este tema no hay duda que hace referencia a una correcta separación que permita la preparación para la reutilización y el reciclaje de alta calidad.
Esos tres desafíos se repiten, como era de esperarse, en el Plan Nacional de Acción de Economía Circular, aprobado en mayo de 2021; esos desafíos nos permiten reflexionar y acercarnos al perfil que se espera de un consumidor responsable en el marco de la cultura circular.
Hablar de consumidor responsable, para VidaCaixa[2], no es sólo una moda, es también un concepto y un estilo de vida muy definido; es una actitud que se refleja en el consumo crítico y consciente y en la utilización de manera eficiente de los recursos de los que dispones en tu hogar.
Las palabras: "actitud", "consumo crítico y consciente", "utilización de manera eficiente de los recursos", son claves para entender el perfil del consumidor responsable y siempre le acompañarán en cualquier definición o estudio de su significado.
Precisamente esas palabras permiten comprender mejor las caracteristicas que VidaCaixa destaca sobre el consumidor responsable, a saber:
- Está informado.
- Es consciente de sus hábitos de consumo.
- Conoce y exige sus derechos como consumidor.
- Busca la opción de consumo con el menor impacto negativo posible sobre el medio ambiente y con un efecto positivo en al sociedad.
Y en la búsqueda por conocer mejor el perfil del consumidor responsables, resulta importante valorar 10 preguntas, que para asociación Economía Solidaria[3] todo consumidor debe formularse para tomar decisiones que lo hagan ser responsable, esas preguntas son:
- ¿Lo necesito?
- ¿Puedo compartirlo?
- ¿Quién lo ha hecho?
- ¿Cómo está hecho?
- ¿Por dónde ha llegado?
- ¿Puede reciclarse?
- ¿Y si lo miro con perspectiva de género?
- ¿Cuánto cuesta y cuánto dura?
- ¿Qué otras opciones hay?
- ¿Pero seguro que lo necesito?
La respuesta es no y el marco normativo que regula al consumidor en España está contenido en el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias.
Para el Real Decreto los consumidores o usuarios son las personas físicas que actúan con un propósito ajeno a su actividad comercial, empresarial, oficio o profesión; pero también, son consumidores, las personas jurídicas y las entidades sin personalidad jurídica que actúen sin ánimo de lucro en un ámbito ajeno a una actividad comercial o empresarial.
El Real Decreto no desarrolla prácticamente las obligaciones de los Consumidores, más si define con claridad cuáles son los derechos, los cuales cito a continuación:
a) La protección contra los riesgos que puedan afectar su salud o seguridad.
b) La protección de sus legítimos intereses económicos y sociales; en particular frente a las prácticas comerciales desleales y la inclusión de cláusulas abusivas en los contratos.
c) La indemnización de los daños y la reparación de los perjuicios sufridos.
d) La información correcta sobre los diferentes bienes o servicios y la educación y divulgación para facilitar el conocimiento sobre su adecuado uso, consumo o disfrute.
e) La audiencia en consulta, la participación en el procedimiento de elaboración de las disposiciones generales que les afectan directamente y la representación de sus intereses, a través de las asociaciones, agrupaciones, federaciones o confederaciones de consumidores y usuarios legalmente constituidas.
f) La protección de sus derechos mediante procedimientos eficaces, en especial en relación con las personas consumidoras vulnerables.
b) La protección de sus legítimos intereses económicos y sociales; en particular frente a las prácticas comerciales desleales y la inclusión de cláusulas abusivas en los contratos.
c) La indemnización de los daños y la reparación de los perjuicios sufridos.
d) La información correcta sobre los diferentes bienes o servicios y la educación y divulgación para facilitar el conocimiento sobre su adecuado uso, consumo o disfrute.
e) La audiencia en consulta, la participación en el procedimiento de elaboración de las disposiciones generales que les afectan directamente y la representación de sus intereses, a través de las asociaciones, agrupaciones, federaciones o confederaciones de consumidores y usuarios legalmente constituidas.
f) La protección de sus derechos mediante procedimientos eficaces, en especial en relación con las personas consumidoras vulnerables.
En ese listado, debe destacarse el derecho a la información correcta, la educación y la divulgación, pues en su exigencia efectiva está una de las claves para convertirse en un consumidor responsable.
Sobre las obligaciones, la firma Elías&Muñoz Abogados[4] reconoce que el “apartado de obligaciones del consumidor es bastante más escueto que el correspondiente a los derechos”, y destacan los siguientes deberes:
-Pagar el precio pactado por el producto en el momento de la compra o haciendo uso de las vías de financiación permitidas.
-Actuar de buena fe durante toda la relación de garantía.
-Asumir una actitud proactiva en términos de búsqueda de información.
III.- ¿Cuándo podemos hablar de Consumo Responsable?
Sobre las obligaciones, la firma Elías&Muñoz Abogados[4] reconoce que el “apartado de obligaciones del consumidor es bastante más escueto que el correspondiente a los derechos”, y destacan los siguientes deberes:
-Pagar el precio pactado por el producto en el momento de la compra o haciendo uso de las vías de financiación permitidas.
-Actuar de buena fe durante toda la relación de garantía.
-Asumir una actitud proactiva en términos de búsqueda de información.
III.- ¿Cuándo podemos hablar de Consumo Responsable?
Para comprender el consumo responsable, resulta muy útil, la suerte de decálogo que a tal fin ha propuesto Ecoembes, a saber:
1.- Planifica tus compras, para ello es necesario hacer una lista de lo que vas a necesitar.
2.- Fíjate en las etiquetas energéticas que los fabricantes y vendedores están obligados a mostrar.
3.- Apoya el comercio justo, que es aquél que respeta el medio ambiente y los derechos humanos, que también lo califica de comercio ético o solidario.
4.- Compra productos locales.
5.- Apúntate a un Grupo de consumo, que son aquellos que se ponen de acuerdo para comprar directamente a un productor.
6.- Redescubre los mercados tradicionales, acude a las tiendas de barrio, pues suelen comprar a productores de la misma provincia o comunidad en la que se establecen con lo que sus artículos son más frescos y más sostenibles y tú tampoco tendrás que desplazarte mucho.
7.- Conoce los productos sostenibles.
8.- Reutiliza y recicla
9.- Evita usar bolsas de plástico
10.- Evita consumir combustibles fósiles y en este sentido nos recomienda que al contratar tu compañía de la luz busca una empresa responsable o una cooperativa que comercialice únicamente energías renovables. Si te tienes que trasladar elige un transporte eléctrico, muévete en medios públicos y, si son distancias cortas, en bici o andando.
Así mismo, resulta útil revisar las características que el programa Consumo Responsable de la Junta de Andalucía registra en su web:[5]
1.- Es un hecho consciente, ya que es premeditado y antepone la libre elección a la presión de la publicidad y a las modas impuestas.
2.- Es crítico ya que se pregunta por las condiciones sociales y ecológicas en las que ha sido elaborado un producto o producido un servicio.
3.- Es ético, se basa en valores como la responsabilidad, la austeridad como alternativa al despilfarro y al consumismo, o el respeto de los derechos de los productores y del entorno.
4.- Es ecológico al prevenir el derroche de los recursos naturales, ya que una producción masiva degrada el medioambiente.
5.- Es saludable porque fomenta un estilo de vida basado en hábitos alimenticios sanos y equilibrados y en la compra de productos de calidad y respetuosos con el entorno.
6.- Es sostenible ya que reducir el consumo innecesario puede mejorar la calidad de vida del planeta y el equilibrio medioambiental y se generarían menos residuos.
7.- Es solidario con otros pueblos y con las generaciones futuras, puesto que se respetan los derechos de aquéllos y se aseguran los de éstos.
8.- Es socialmente justo ya que se basa en los principios de no discriminación y no explotación.
9.- Tiene poder de transformación social, pues a través de gestos cotidianos, se puede contribuir a un cambio significativo en las reglas y patrones de producción y consumo de la sociedad.
10.- Los poderes públicos tienen la responsabilidad de dictar normas para que la economía sea sostenible, solidaria y respetuosa con los derechos humanos, pero son las personas consumidoras a título individual las que optan o no por un modo responsable de consumir.
Ahora bien, con toda la información compartida, es lógico preguntarse: ¿qué beneficio aporta el Consumo Responsable?.
Para Oxfam Intermón[6] esos beneficios son los siguientes:
1.- Se contribuye a generar menor impacto sobre el medio ambiente, así se garantiza el disfrute de la biodiversidad.
2.- Se contribuye a construir entornos más equitativos para quienes habitamos en el planeta; para ello, afirma Oxfam Intermón, es necesario elegir productos con el sello de comercio justo, que es sinónimo de vida digna, igualdad de género, ausencia de trabajo infantil, salarios decentes, educación, acceso a agua potable, entre otras iniciativas de economía social.
3.- Se logra un ahorro económico, al usar electrodomésticos de forma eficiente, cuidar el consumo de luz y agua con pequeños gestos, reutilizar el agua de lluvia para regar plantas o desenchufar los aparatos cuando no se usen en vez de dejarlos stand by; ese ahorro se verá en la factura.
IV.- La ruta para que el consumidor más responsable.
1.- Planifica tus compras, para ello es necesario hacer una lista de lo que vas a necesitar.
2.- Fíjate en las etiquetas energéticas que los fabricantes y vendedores están obligados a mostrar.
3.- Apoya el comercio justo, que es aquél que respeta el medio ambiente y los derechos humanos, que también lo califica de comercio ético o solidario.
4.- Compra productos locales.
5.- Apúntate a un Grupo de consumo, que son aquellos que se ponen de acuerdo para comprar directamente a un productor.
6.- Redescubre los mercados tradicionales, acude a las tiendas de barrio, pues suelen comprar a productores de la misma provincia o comunidad en la que se establecen con lo que sus artículos son más frescos y más sostenibles y tú tampoco tendrás que desplazarte mucho.
7.- Conoce los productos sostenibles.
8.- Reutiliza y recicla
9.- Evita usar bolsas de plástico
10.- Evita consumir combustibles fósiles y en este sentido nos recomienda que al contratar tu compañía de la luz busca una empresa responsable o una cooperativa que comercialice únicamente energías renovables. Si te tienes que trasladar elige un transporte eléctrico, muévete en medios públicos y, si son distancias cortas, en bici o andando.
Así mismo, resulta útil revisar las características que el programa Consumo Responsable de la Junta de Andalucía registra en su web:[5]
1.- Es un hecho consciente, ya que es premeditado y antepone la libre elección a la presión de la publicidad y a las modas impuestas.
2.- Es crítico ya que se pregunta por las condiciones sociales y ecológicas en las que ha sido elaborado un producto o producido un servicio.
3.- Es ético, se basa en valores como la responsabilidad, la austeridad como alternativa al despilfarro y al consumismo, o el respeto de los derechos de los productores y del entorno.
4.- Es ecológico al prevenir el derroche de los recursos naturales, ya que una producción masiva degrada el medioambiente.
5.- Es saludable porque fomenta un estilo de vida basado en hábitos alimenticios sanos y equilibrados y en la compra de productos de calidad y respetuosos con el entorno.
6.- Es sostenible ya que reducir el consumo innecesario puede mejorar la calidad de vida del planeta y el equilibrio medioambiental y se generarían menos residuos.
7.- Es solidario con otros pueblos y con las generaciones futuras, puesto que se respetan los derechos de aquéllos y se aseguran los de éstos.
8.- Es socialmente justo ya que se basa en los principios de no discriminación y no explotación.
9.- Tiene poder de transformación social, pues a través de gestos cotidianos, se puede contribuir a un cambio significativo en las reglas y patrones de producción y consumo de la sociedad.
10.- Los poderes públicos tienen la responsabilidad de dictar normas para que la economía sea sostenible, solidaria y respetuosa con los derechos humanos, pero son las personas consumidoras a título individual las que optan o no por un modo responsable de consumir.
Ahora bien, con toda la información compartida, es lógico preguntarse: ¿qué beneficio aporta el Consumo Responsable?.
Para Oxfam Intermón[6] esos beneficios son los siguientes:
1.- Se contribuye a generar menor impacto sobre el medio ambiente, así se garantiza el disfrute de la biodiversidad.
2.- Se contribuye a construir entornos más equitativos para quienes habitamos en el planeta; para ello, afirma Oxfam Intermón, es necesario elegir productos con el sello de comercio justo, que es sinónimo de vida digna, igualdad de género, ausencia de trabajo infantil, salarios decentes, educación, acceso a agua potable, entre otras iniciativas de economía social.
3.- Se logra un ahorro económico, al usar electrodomésticos de forma eficiente, cuidar el consumo de luz y agua con pequeños gestos, reutilizar el agua de lluvia para regar plantas o desenchufar los aparatos cuando no se usen en vez de dejarlos stand by; ese ahorro se verá en la factura.
IV.- La ruta para que el consumidor más responsable.
La EEEC y el Plan de Acción son claros al señalar que el papel de la información, educación, formación y sensibilización son claves en ese proceso.
En ese sentido la EEEC menciona las siguientes acciones:
-Actividades, programas y eventos destinados a centros de educación primaria y secundaria y otros centros académicos, dedicados al fomento de una cultura y sociedad responsables en economía circular a una edad temprana.
-Realización de campañas de información y concienciación en distintos medios (físicos o telemáticos) orientadas hacia grupos específicos de población (consumidores) o hacia productos específicos (reciclado de baterías, dispositivos móviles...) resultan clave para el avance en economía circular.
-Realización de campañas de información y concienciación en distintos medios (físicos o telemáticos) orientadas hacia grupos específicos de población (consumidores) o hacia productos específicos (reciclado de baterías, dispositivos móviles...) resultan clave para el avance en economía circular.
La Estrategia sostiene que esas iniciativas de sensibilización han de involucrar también, de modo activo, al sector privado.
Por su parte, el Plan de Acción, nos dice en esta materia lo siguiente:
1.- Hay que promover, a través de distintos canales de comunicación, un compromiso para orientar la oferta y la demanda hacia productos con un comportamiento ambiental coherente con la sostenibilidad, la disposición de recursos del planeta y los criterios de economía circular.
2.- Se propone como instrumento para la sensibilización, realizar Foros de encuentro, con la colaboración pública-privada para poner en valor la Economía Circular y promover el cambio de paradigma que persigue la EEEC.
3.- Se plantea como iniciativa un Pacto por la Economía Circular en el ámbito de las empresas, para internalizar los principios de este modelo, promoviendo el establecimiento de métricas que permitan evaluar la mejora continua.
4.- El Gobienro se compromete a impulsar un espacio en el cual las administraciones públicas y las grandes empresas líderes en economía circular puedan intercambiar experiencias e ideas.
5.- El Plan recuerda que la Estrategia Española de Responsabilidad Socail de Empresas (EERSE) cuenta con una línea de actuación, orientada al medio ambiente, que incluye medidas dirigidas a formentar el respeto por el entorno, promoviendo la concienciación, sensibilizción y formación ambiental.
Y además destaca que el Portal de Responsabilidad Social debe ser un canal para articular acciones relacionadas con la Responsabilidad Social Empresarial con medidas para la difusión de la EEEC, específicamente en los siguientes sectores o áreas:
-Se propone un campaña de comunicación sobre el impacto ambiental y efecto en la salud de la inadecuada gestión de los residuos Plásticos.
-Se.plantea promover la reutilización de residuos, para aumentar su durabilidad, ahorrar nuevos recursos, reducir los residuos generados y porque representa una oportunidad de empleo. En esta materia el Plan anuncia una alianza entre Gobierno y la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social (AERESS)
-Sobre la transición a una economía circular en España, se propone una campaña con un mensaje que promueva la participación de la sociedad en la economía circular, orientando decisiones de consumo, previniendo la generación de residuos y fomentando un reciclado de calidad.
-Se plantea una campaña de publicidad institucional dedicada a la producción ecológica, dirigida al público en general.
-Sobre la transición a una economía circular en España, se propone una campaña con un mensaje que promueva la participación de la sociedad en la economía circular, orientando decisiones de consumo, previniendo la generación de residuos y fomentando un reciclado de calidad.
-Se plantea una campaña de publicidad institucional dedicada a la producción ecológica, dirigida al público en general.
-Otra acción se refiere a la divulgación y sensibilización de los regantes y del consumidor final sobre los beneficios de la reutilización de aguas depuradas, que busca una campaña de divulgación y sensibilización sobre las ventajas sobre el uso, tanto desde el punto de vista ambiental, como del aseguramiento de las dotaciones de riego, seguridad sanitaria y el seguimiento de la calidad de esta tipología de agua.
-Campaña sobre “producción y consumo responsable de alimentos”, a través del cual se busca:
- Inculcar en el consumidor una nueva forma de valorar los alimentos y que estos nuevos hábitos adquiridos perduren en el tiempo.
- Reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos, contribuyendo a evitar el hambre y mejorar el nivel de nutrición de las poblaciones más desfavorecidas.
Concienciación a los consumidores sobre las compras y uso responsable de alimentos y sus envases
- Fomentar la utilización higiénica de envases reutilizables proporcionados por el consumidor en el momento de efectuar la compra, la compra de alimentos sin envasar, estrategias para fomentar que los consumidores comprendan la diferencia entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente. Además de fomentar sencillas prácticas, como la adecuada congelación de alimentos en el hogar cuando se aproxima la fecha de caducidad de un alimento y su posterior uso seguro y consecuente aprovechamiento.
-Campaña contra la obsolescencia, que busca informar sobre los tipos de obsolescencia, el impacto socioambiental que produce y las medidas que se pueden adoptar para reducir los impactos.
-Campaña escolar para promover consumo circular y responsable, que promoverá el concursos “Consumopolis” para que el profesorado y alumnado reflexione y conozca diferentes temas relacionados con el consumo.
Otro aspecto en el cual el Plan llama a la sensibilización tiene que ver con la forma como los principios de la Economía Circular contribuyen a preservar y mejorar el capital natural sensibilización sobre como los principios de la EC contribuyen a preservar y mejorar el capital natural, que incluye los siguientes aspectos:
- Basuras marinas.
- Uso del monte
- Promoción del Turismo Sostenible
- Desarrollo de la red de Caminos Naturales de España.
En esta hoja de ruta, la lista de acciones exclusivamente está bajo la responsabilidad absoluta del Gobierno central.
V.- ¿La hora de los consumidores?
Un artículo publicado en Compromiso Empresarial, el 17 de mayo de 2021, firmado por Laura Martin[7], nos presenta dos afirmaciones que resultan muy interesantes para reflexionar sobre el papel de los consumidores en la transición hacia la economía circular.
Una afirmación la hace Adelaida Sacristán, Directora de Estudios y Gestión del Conocimiento de Fundación Cotec, quien reconoce el papel fundamental de los ciudadanos y consumidores es fundamental para que el consumo circular reduzca efectivamente los recursos naturales y materias primas que se extraen del entorno.
Pero advierte además, que “no se trata solo de sustituir el consumo de un producto por su equivalente sostenible, sino de adoptar hábitos nuevos o que habíamos descartado, y que cambiarán los patrones del consumo lineal en el momento de la compra, durante la utilización y finalmente cuando desechamos un producto”.
Una segunda reflexión está en la cita que hacen a Virginia Ocio, de la Fuente, responsable de Economía Circular de Endesa, reitera que para ser efectivos a través de la cultura circular, es necesario “una nueva mirada de cada uno de nosotros como empleados sobre lo que hacemos en el día a día en nuestro trabajo, y como no, una nueva mirada sobre nuestro comportamiento como ciudadanos”; Ocio de la Fuente reconoce que no es algo que se logre con solo incluir el tema en un manual.
Por cierto ese mismo artículo destaca que las acciones para fomentar la circularidad, según el Informe sobre el concepto de economía Circular de 2019 del Comité Económico y Social Europeo (CESE) se han centrado, sobre todo, en la producción y en el papel de las empresas e industrias, olvidándose del rol del consumidor.
Ha llegado la hora del consumidor, dice Laura Martin, en el artículo que hago referencia; incluso, el artículo reconoce que si las empresas implican a los consumidores en la transición hacia una economía circular, podrá lograr resultados innovadores y claramente avanzar en ese proceso y en tal sentido, afirma que esta es una “buena oportunidad”, para que las empresas conecten con los ciudadanos preocupados con el cambio.
Un artículo publicado en Compromiso Empresarial, el 17 de mayo de 2021, firmado por Laura Martin[7], nos presenta dos afirmaciones que resultan muy interesantes para reflexionar sobre el papel de los consumidores en la transición hacia la economía circular.
Una afirmación la hace Adelaida Sacristán, Directora de Estudios y Gestión del Conocimiento de Fundación Cotec, quien reconoce el papel fundamental de los ciudadanos y consumidores es fundamental para que el consumo circular reduzca efectivamente los recursos naturales y materias primas que se extraen del entorno.
Pero advierte además, que “no se trata solo de sustituir el consumo de un producto por su equivalente sostenible, sino de adoptar hábitos nuevos o que habíamos descartado, y que cambiarán los patrones del consumo lineal en el momento de la compra, durante la utilización y finalmente cuando desechamos un producto”.
Una segunda reflexión está en la cita que hacen a Virginia Ocio, de la Fuente, responsable de Economía Circular de Endesa, reitera que para ser efectivos a través de la cultura circular, es necesario “una nueva mirada de cada uno de nosotros como empleados sobre lo que hacemos en el día a día en nuestro trabajo, y como no, una nueva mirada sobre nuestro comportamiento como ciudadanos”; Ocio de la Fuente reconoce que no es algo que se logre con solo incluir el tema en un manual.
Por cierto ese mismo artículo destaca que las acciones para fomentar la circularidad, según el Informe sobre el concepto de economía Circular de 2019 del Comité Económico y Social Europeo (CESE) se han centrado, sobre todo, en la producción y en el papel de las empresas e industrias, olvidándose del rol del consumidor.
Ha llegado la hora del consumidor, dice Laura Martin, en el artículo que hago referencia; incluso, el artículo reconoce que si las empresas implican a los consumidores en la transición hacia una economía circular, podrá lograr resultados innovadores y claramente avanzar en ese proceso y en tal sentido, afirma que esta es una “buena oportunidad”, para que las empresas conecten con los ciudadanos preocupados con el cambio.
Por último, quiero citar un estudio al cual hizo referencia un artículo publicado en el portal Ambito, el 12 de mayo 2021[8] en el cual se advierte que en la actualidad el consumidor se "encuentra entre la espada y la pared con fuertes restricciones económicas y múltiples motivaciones, a veces contrapuestas", pero el "73% de esos consumidores se sienten empoderados y creen que pueden hacer una contribución personal al cuidado del ecosistemas, pero sienten que le faltan herramientas concretas.
El estudio realizado por Kantar, permite argumentar que hay un gran potencial para trabajar y mejorar la cultura de consumo, hacerla más responsable y para ello, es clave el apoyo del sector privado (empresas e industrias) y las instituciones políticas, pues son agentes que construyen confianza y con ella logran contribuir con la necesaria cohesión social para avanzar hacia el modelo de la cultura circular.
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Referencias.
[1] MITECO. Estrategia Española de Economía Circular. 2020. Pag. 39 a 44. https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/economia-circular/espanacircular2030_def1_tcm30-509532.PDF
[2] VidaCaixa. Tuproyecto de vida. Consumo y Consumidor responsable. 13 de noviembre 2019. Online en: https://www.tuproyectodevida.es/consumo-y-consumidor-responsable/
[3] Economia Solidaria. Consumo Responsable. Recuperado el 29 de mayo 2021. Online en: https://www.economiasolidaria.org/consumo-responsable/
[4]Elias y Muñoz abogados. Consumidores, sus derechos y obligaciones. Recuperado el 29 de mayo 2021. Online en: https://www.eliasymunozabogados.com/blog/consumidores-sus-derecho-obligaciones
[5]Junta Andalucía. Consumo Responde. Recuperado el 29 de mayo 2021. Online en: https://www.consumoresponde.es/art%C3%ADculos/que_es_el_consumo_responsable
[6] Oxfam Intermon. Beneficios del consumo responsable. Recuperado el 29 de mayo 2021. Online en: https://blog.oxfamintermon.org/beneficios-del-consumo-responsable/
[7]Compromiso Empresarial. Economía Circular: la hora de los consumidores. 17 de mayo 2021. Online en:https://www.compromisoempresarial.com/rsc/2021/05/economia-circular-la-hora-de-los-consumidores/
[8] Ambito. Grieta en el consumo responsable: mas conciencia y menos acción. 12 de mayo 2021. Onine en: https://www.ambito.com/ambito-biz/consumo/grieta-el-responsable-mas-conciencia-y-menos-accion-n5191725