La visión de Venezuela en el año 1998 a través del ordenamiento territorial
María
Andreina Salas y Elides Sulbarán Zambrano[1], publican
un interesante trabajo sobre el contenido de la Ley Orgánica para la Ordenación
del Territorio en Venezuela, en el cual destacan, que luego de la aprobación de
esta Ley en el año 1983, la publicación del primer Plan Nacional de Ordenación
Territorial de 1998 se convirtió en un importante hito en la historia de
ordenación territorial en Venezuela.
El
contenido y alcance del Plan Nacional de Ordenación del Territorio se presentó
como el instrumento para lograr la competitividad territorial y para sembrar
las bases de la diversificación de la economía nacional.
En
el Decreto No 2.945 del 14 de octubre de 1998, firmado por el entonces Presidente
Caldera, se puede leer en sus considerandos que con el Plan se impulsaba un
modelo de desarrollo que facilitara la inserción del país en la economía
mundial, reconociéndose y utilizándose las ventajas comparativas y competitivas
que existían, garantizando a tal fin los principios de sostenibilidad y de
equidad.
Para
ese modelo de desarrollo que se propuso en el año 1998, el mejorar la
localización de la población y sus actividades, era un elemento clave para la
superación de las desigualdades en los niveles de vida de la población.
El
artículo 8 del Plan Nacional de Ordenación Territorial, resulta muy importante
de evaluar, pues podría generar un debate sobre aquél modelo presentado por un
gobierno que representaba un Estado que en crisis casi era inexistente, y el
modelo que hoy representa el Plan de la Patria 2013-2019. Un debate en este sentido permitiría
construir juicios críticos sobre el alcance e impacto del diseño comunal en la
dinámica del poder político y del control social visto desde la estrategia de
reordenamiento territorial.
La
imagen objetiva, como le llamó el Plan, sobre el diseño de Estado que se
aspiraba alcanzar con este Plan, fue la siguiente:
1. - Venezuela se habrá orientado hacia el desarrollo
sostenible y equitativo que permitirá mejorar la eficiencia general de la
economía y la equidad del sistema social, minimizando los impactos
negativos sobre el ambiente y maximizando los positivos.
2.- Las distintas regiones del país se
habrán desarrollado de manera más equilibrada y habrán alcanzado un grado
mayor de integración entre ellas y, al mismo tiempo, el país habrá
fortalecido su integración con el resto de América y del mundo.
3.- El territorio marítimo se habrá incorporado al
proceso de desarrollo sostenible y se habrá reforzado la presencia
venezolana.
4.- El espacio aéreo se habrá controlado y
analizado en el marco de las tendencias del escenario económico mundial y
acorde con los principios de soberanía nacional.
5.- La estructura general del Sistema de Centros
Urbanos se habrá desarrollado en la forma más equilibrada alrededor de las
Áreas Metropolitanas que funcionan como Centro Nacional y Centros
Regionales, de forma tal que la población y los agentes económicos dispongan de
fácil acceso a todos los tipos y niveles de servicios; y, se maximizarán las
economías de aglomeración y se minimizarán las deseconomías correspondientes.
6. - Venezuela se habrá posicionado en el ámbito
internacional como "Centro Estratégico Regional de América",
mediante la consolidación del sistema de centros urbanos propuesto, la
prestación de servicios de alto nivel, y la puesta en marcha de negocios
competitivos de carácter internacional que garanticen la inserción estratégica
del país en la economía global".
7. - Se habrá consolidado un moderno y eficiente
sistema de transporte, que articule los diferentes modos, acorde con el
sistema de centros urbanos propuesto, asegurando la integración entre las
regiones del país y entre éste y sus principales mercados externos. En este
contexto, resaltará la presencia de ejes que vincularán al país con el Océano
Atlántico, el Mar Caribe, Colombia, Guyana y Brasil, facilitando la prestación
de servicios de alto nivel y la movilización de los productos que conforman los
Grupos Líderes de Actividad.
8.- La existencia de un sistema nacional de catastro
habrá contribuido significativamente a aumentar la seguridad jurídica en
materia de tenencia de la tierra.
9.- Se habrá logrado ampliar significativamente la
cobertura de la población en materia de telecomunicaciones, informática y
las nuevas modalidades de medios audiovisuales mejorando continuamente la
calidad de los servicios prestados, favoreciendo la innovación tecnológica en
el sector telemático, y convirtiendo a Venezuela en un centro internacional de
telecomunicaciones.
10. - Determinados espacios del territorio habrán sido
reservados para usos predominante y prioritariamente agropecuarios,
pesqueros, forestales, mineros, petroleros, turísticos, urbanos y para la
localización de infraestructuras físicas, de acuerdo a sus capacidades
económicas, geopolíticas, ecológicas y de seguridad y defensa; sin que ello
niegue, en principio, la posibilidad de coexistencia con otros usos compatibles,
en función del bienestar colectivo.
11. - Venezuela se habrá consolidado como productor de
energía, en un marco compatible con la preservación del ambiente y habrá
afianzado su condición de proveedor seguro en el contexto internacional,
especialmente para las naciones del continente.
12. - El conjunto de Áreas Bajo Régimen de
Administración Especial se habrá constituido en un sistema integrado y
consolidado, administrado de acuerdo a sus respectivos planes de
ordenamiento y reglamentos de uso, garantizando la conservación del ambiente,
la biodiversidad y el desarrollo de actividades sociales y económicas
compatibles con sus potencialidades y limitaciones.
13. - Los espacios terrestres limítrofes con otros
países y el correspondiente a la Zona en Reclamación (sujeto al Acuerdo de
Ginebra del 17-02-66), se habrán orientado hacia el desarrollo sostenible de
conformidad con los principios de soberanía nacional, integración económica,
coexistencia pacífica e integridad territorial.
Se
ha subrayado las palabras claves de esa visión. En conclusión, a 16 años de ese Plan
Nacional de Ordenación Territorial, Venezuela debió haber sido un Estado que a
través del desarrollo regional, garantizara una mayor eficiencia en la economía
y mejor equidad social, centrado su impulso en la conformación de sistemas de
centros urbanos alrededor de las Áreas Metropolitanas, como estrategia para
garantizar a la población y a los agentes económicos un mejor acceso a los servicios.
Y
partiendo de la experiencia de esos centros urbanos, Venezuela buscó
posicionarse internacionalmente, apoyado además en su condición de proveedor
seguros en el contexto internacional de energía, con políticas públicas
responsables en materia de conservación del ambiente y biodiversidad,
fronteras, zonas marítimas y espacio aéreo.
Hoy
seriamos un país con un avanzado sistema de transporte, moderno y eficiente;
con una población con acceso a la tecnología y con sistema nacional de
catastro.
El
Plan aspiraba una vigencia de 20 años.
Claramente el proceso constituyente que nació justo como consecuencia de
las elecciones presidenciales de 1998 dejó en el papel esa visión de país, que
en silencio se propuso y en consecuencia nadie compró.
Curiosamente
casi 10 años más tarde, una propuesta de reforma constitucional imponía una
visión de desarrollo totalmente distinta y a casi 20 años, el Plan de la Patria
2013-2019, se convierte oficialmente en la hoja de ruta que se impone desde el
gobierno.
¿Qué
nos pasó como sociedad que no hubo capacidad de compartir aquella visión de un
país competitivo y que a grandes rasgos funcionara para todos en un ambiente de
progreso y desarrollo?.
Creo
que el aporte de aquél primer Plan Nacional de Ordenación Territorial, es
precisamente poder darnos un contenido objetivo y político, capaz de ayudarnos
a construir un juicio crítico que permita debatir la visión de un país en
democracia y diversidad frente a un país en socialismo y sin pluralidad.
Carlos Romero Mendoza
[1] Salas Bourgoin, Maria Andreina y Sulbarán Zambrano, Elides. Modificación de la Ley Orgánica para la
Ordenación del Territorio en Venezuela: revisión de un proceso de 10 años sin
perspectivas de cristalización. EN: Provincia.
No. 26. Julio – diciembre
2011. P. 38