Políticas hacia la Juventud en Chile

Construcción de Políticas locales de juventud desde los jóvenes: La experiencia de Concepción



Algunas Ideas a cerca de cómo miramos la juventud y su relación con las políticas de juventud.

Casi el 70% de la población de América Latina es menor de 30 años, sin embargo la emergencia del tema juventud en la región, claramente no es sólo una cuestión demográfica.

Los más de cien millones de jóvenes que hoy viven en Latinoamérica, son el eje central de los principales problemas de la región el desempleo y la inseguridad ciudadana, y constituyen además un factor de gran relevancia en el tercer gran problema, el de la fragilidad democrática. Sin embargo, los jóvenes son a la vez el eje central de las nuevas estrategias de desarrollo, "basadas en una clara apuesta a la inversión en capital humano, como clave para ganar competitividad y recuperar el crecimiento económico estable que se requiere para poder contar con sociedades más prósperas, en un mundo globalizado y transformado radicalmente" (Rodríguez, 2000).

Esta ambivalencia en la conceptualización del sujeto joven, da cuenta de cómo las sociedades latinoamericanas miran a sus jóvenes, esto es como una "esperanza bajo sospecha"(Rodríguez, 2000)

Generalmente los comentarios acerca de la juventud, se mueven en dos ejes interpretativos, entre los cuales sin duda existen múltiples variaciones. Pero si enfocamos nuestra atención en los polos, se ve a la juventud o como amenaza para la convivencia social, aplicándose entonces medidas restrictivas y de prevención, o se ve a la juventud como recurso estratégico del futuro de la sociedad, aplicando ahí medidas de promoción y participación (Steigler, 2000).

Esta construcción de problema en torno a la juventud, sin duda determina y orienta la generación de acciones y planes diversos, generándose una ambigüedad que resta orientación y coherencia a la acción pública.

Entre las principales tensiones que se expresan en esta diversidad de elementos que constituyen el corpus o la doctrina de la política juvenil en nuestro país, es importante destacar al menos tres :

1.- La juventud como una etapa problemática de transición a la adultez v/s la juventud como una etapa con finalidad en si misma. La primera mirada tiene como referencia el futuro y la segunda enfatiza el presente como referente para definir propósitos de la política.

2.- Jóvenes pobres v/s pobres jóvenes, es decir, no está clara la jerarquía asignada a lo etario y a lo socio-económico, en la identificación y caracterización del problema.

3.- Lo juvenil como amenaza v/s lo juvenil como potenciales a desarrollar. Esto determinará la prioridad de políticas represivas o de capacitación y apertura de espacios, por ejemplo.

Estas tensiones implican diversas aproximaciones a lo juvenil, (dependiendo de las direcciones en que se resuelvan), y su identificación, permite interpretar ambigüedades que limitan la coherencia y claridad de una política hacia los jóvenes.

Políticas Públicas de Juventud en Chile

Si centramos el análisis en las políticas públicas en nuestro país, es posible afirmar que en Chile no existe una Política de Juventud. Fundamentalmente porque no existe ni ha existido una visión de conjunto capaz "concebir la intervención en juventud como una política social juvenil, que supere la fase agregativa, y pase a una visión constructiva de políticas en juventud" (Silva, 2000).

Aunque a partir de las década de los 90’ se han desarrollado acciones tendientes a articular una política orientada hacia los jóvenes, es claro que hasta la fecha, la forma como éstas se han implementado, no ha permitido generar un aprendizaje que permita comprender cuales intervenciones han resultado, cuáles han fracasado y por qué ha ocurrido lo uno o lo otro.

De acuerdo a lo que plantea Raúl González, la historia de las políticas públicas se constituye por una combinación de reiteradas constataciones de un problema y periódicos intentos fundacionales por solucionarlo, "generándose entonces, una sucesión temporal de idearios, diagnósticos y políticas, y no una acumulación que enriquezca las políticas sociales" (González, 2000).

Sin embargo, existen algunas pistas, en relación a las características y condiciones que una política de juventud debería cumplir.

Rodríguez (2000), plantea que existen diez criterios básicos para la construcción de un enfoque alternativo de Políticas de Juventud:

Las políticas públicas deberían tomar a los jóvenes en una doble perspectiva: como destinatarios de servicios y como actores estratégicos del desarrollo, participando protagónicamente de la modernización económica, social y política de sus países.

Las políticas de Juventud deberían operar sobre la base de una autentica y amplia concertación de esfuerzos entre todos los actores involucrados en una dinámica efectiva, desterrando los esfuerzos aislados y excluyentes entre sí.

Las políticas públicas de juventud deberían operar sobre la base del fortalecimiento de las redes institucionales existentes y/o creando otras en las esferas en las que no existen, como una forma concreta de poner en práctica la concertación aludida.

Las políticas públicas deberían operar sobre la base de una profunda y extendida descentralización territorial e institucional, priorizando el plano local.

Las políticas públicas de juventud deberían responder adecuadamente a la heterogeneidad de los grupos juveniles existentes, focalizando con rigurosidad acciones diferenciadas y específicas, respondiendo a las particularidades existentes en la materia.

Las políticas públicas de juventud deberían promover la más extendida y activa participación de los jóvenes en su diseño, implementación y evaluación efectiva.

Las políticas públicas de juventud deberían contar claramente con perspectiva de género, brindando iguales oportunidades y posibilidades a hombres y mujeres jóvenes.

Las políticas públicas de juventud deberían desplegar un esfuerzo deliberado para sensibilizar a los tomadores de decisiones y a la opinión pública en general sobre la relevancia de éstas temáticas, mostrando la exclusión social como handicap del conjunto de la sociedad.

Las políticas de juventud deberían desarrollar también esfuerzos deliberados por aprender colectivamente del trabajo de todos, fomentando las evaluaciones comparadas, los intercambios de experiencia y la capacitación horizontal de recursos humanos.

Y para que todo lo dicho sea viable, las políticas públicas de juventud deberían definir con precisión y consensuadamente una efectiva distribución de roles y funciones entre los diversos actores institucionales involucrados.

Por otra parte la ONG Cidpa de Viña de Mar postula que "una política de juventud es aquella que tiene como horizonte posible a sujetos integrales y propositivos y que, desde ese accionar se atiendan necesidades y dimensiones de sus vidas personales y colectivas"(Silva, 2000). Esto implica fundamentalmente que una política de juventud, debe tener un enfoque integral, positivo, propositivo y local.
Integral, en el sentido que debe dar cuenta a las variadas interrogantes y necesidades que las y los jóvenes expresan, sean estas de orden material, simbólica, culturales, de pertenencia, de proyectos de vida, de trabajo, de afecto y de relacionamiento, entendiéndolas como puntos de partida en el proceso de construcción del vínculo entre los jóvenes y la institucionalidad pública, elemento relevante en el proceso de construcción ciudadana.

Positiva, en tanto que debe asumir una óptica centrada en los aspectos positivos de las y los jóvenes de la comuna, lo que implica el desarrollo de un discurso institucional coherente con esta óptica.

Propositiva, capaz de reconocer en las diversas propuestas de acciones, organizativas, y de interés, los elementos potenciadores que ellas tienen, como expresión de sus propias formas y modelos de intervención en sus espacios locales, y por sobre todo de las capacidades que poseen los propios jóvenes en sus diversos espacios y realidades.

Locales, en la medida que en los espacios local/ territorial puede concretizarse y visualizarse de manera cotidiana y cercana una política de juventud de carácter integral e integrada (no sectorial), por la cercanía entre sujetos juveniles e instancias públicas. Es el lugar donde el sujeto juvenil puede concretizarse y ejercer su calidad de ciudadano. Es el espacio, el lugar donde ejercer la ciudadanía a "escala humana".

De esta forma aún cuando existe una gran cantidad orientaciones, pistas énfasis y reflexiones orientadoras sobre el cómo construir políticas de juventud, no se han instalados procesos que a partir de experiencias concretas permitan desarrollar modelos que se constituyan en huellas contundentes para potenciar la instalación de políticas de juventud. En esto a persistido una óptica que busca comprensiones teóricas del operar de las políticas, existiendo solo de manera insipiente esfuerzos de re-construcción desde la investigación acción.

Desde ésta óptica resulta relevante poner atención a la gestión de las UMJ, en tanto actores relevantes en el mundo local con vínculo directo con el mundo juvenil y potencial estructura política para la legitimación de lo juvenil en la agenda pública.
Políticas Locales de Juventud

Así entonces, una discusión ineludible al enfrentar el tema de la Política Local de juventud, tiene que ver con el rol que le corresponde a las Unidades Municipales de Juventud (U.M.J en adelante) en el ámbito de las políticas públicas de Juventud.

Si bien es cierto que el tema de la descentralización comienza a cobrar mayor relevancia a mediados de la década de los 90’, asociada a la comprensión de que la heterogeneidad juvenil obliga a desarrollar capacidades de creación y adaptación locales relevándose el rol estratégico de las unidades municipales de juventud en la generación de políticas, no es menos cierto que el desarrollo y evolución de las UMJ no se encuentra inserta dentro de un marco racional de política pública nacional de juventud.

De esta forma, es posible afirmar que ha existido y existe un nudo en el INJ en relación a como enfrentar el tema de lo local como estrategia de abordaje frente a la diversidad juvenil, vislumbrándose al menos dos intencionalidades; uno que busca el contacto institucional del INJ con los jóvenes lo que implica una expansión horizontal y vertical de dicha institución, y otro que busca a través de la generación de alianzas intersectoriales relevar al el rol de coordinador de políticas sobre "lo juvenil".

Sin embargo en la actualidad ninguna de las dos intencionalidades parece percibirse claramente, pareciendo ambas convivir precariamente.

Asumiendo entonces que resulta relevante buscar pistas en relación a los procesos que desde las UMJ se han estado generando, quisiera plantear algunas ideas prospectivas.

Es claro que la situación y condición de las UMJ varia considerablemente de comuna en comuna, y que no es suficiente pero si necesario que se resuelvan los problemas de recursos humanos y financieros, de validación temática al interior del municipio, así como de mejoramiento de la intervención con las y los jóvenes.

Aún así existen en el país experiencias riquísimas impulsadas desde las unidades municipales de Juventud, a través de las cuales es posible distinguir ciertas huellas, entre ellas:

Una marco de referencia y comprensión del mundo juvenil desde su cotidianeidad, factor de relevancia para la comprensión de diversidad y heterogeneidad del mundo juvenil.

El desarrollo de una estrategia de legitimización (Iglesis, 2000). Esto implica validar el trabajo de la UMJ en al menos tres niveles: con los jóvenes, al interior del municipio y con la institucionalidad pública y privada tanto en el nivel local como central (esto último con objeto de fortalecer el trabajo intersectorial).

Una tendencia hacia la profesionalización de los equipos, indispensable para fortalecer un abordaje integral centrado en la investigación-acción.

Un esfuerzo por generar Políticas Locales de Juventud que impliquen la generación de Planes de Desarrollo Juvenil acotados a la realidad local.

La experiencia de Concepción: punto de partida*

Teniendo en cuenta que es tarea de los municipios generar e implementar Políticas sociales en la comuna, a partir de 1998 en Concepción y a partir del Departamento de Jóvenes, se ha venido desarrollando en el tema específico de Juventud, estrategias para la generación de Políticas Locales, entendiendo por éstas "la materialización del esfuerzo de funcionarios y jóvenes, por entender la dimensión real y potencial de las realizaciones juveniles en el marco de su vida cotidiana; lo cual implica comprender cuales son los factores asociados ellas (que dinamizan y/o obstaculizan las experiencias juveniles), así como la postulación de pautas y guías para la acción tendientes a modificar dichos factores" (Coljuventud, 1993·).

Así entonces, la generación de un Plan capaz de expresar la Política Local de Juventud en la Comuna, es aquel que prioriza, ordena y articula integrando en sus programas, las pautas de sentido definidas entre el municipio y los jóvenes.
De esta forma, valga el énfasis, una Política Local de Juventud, no es la mera suma de programas expresados en el Plan Municipal, sino una propuesta estructurada de un conjunto de sentidos, orientaciones y acciones que desde su especificidad no sólo realizan su propósito particular, sino que contribuyen a fortalecer y legitimar nuevas experiencias de vida de los jóvenes, que contribuyan a validar y legitimar al sujeto joven en tanto actor social, destacando su participación como eje fundamental en las estrategias de integración social en la comuna.

De esta forma, «la política de juventud debe tratar de ir generando las condiciones en las cuales los jóvenes puedan realizarse en cuanto tales y, al mismo tiempo, participar en la configuración de la sociedad en la que viven» (Balardini, 1999a:26). Siendo la finalidad de una política de juventud el fortalecimiento del espíritu de ciudadanía, que comprende a la vez la confianza en las instituciones y la conciencia de poder hacer escuchar su voz en ellas» (Touraine, 1998:87).

De lo que se trata entonces es de considerar la Política de Juventud como política de legitimación; vale decir, la política de juventud como promotora de construcción de ciudadanía (Bango, 1999:60).

Si además se considera que gran parte de las estrategias que se han utilizado en nuestro país para propiciar la participación juvenil tienen que ver con la demanda de adaptación del sujeto joven individual a espacios ya definidos, lo que ha significado un esfuerzo de socialización a determinadas estructuras participativas y no a la creación o re-creación de espacios surgidos desde el mundo juvenil, y que la profundización democrática solo es posible en la medida que las capacidades colectivas de los ciudadanos permitan decidir los objetivos del desarrollo, es posible vislumbrar una entrada a la problemática de la participación juvenil a través de la generación de proyectos colectivos de desarrollo que incorporen activamente a los jóvenes en las estrategias de desarrollo local.

El punto de partida es la valoración del territorio (sector o barrio), como eje central de la cotidianeidad de las y los jóvenes. Desde ahí se plantea como estrategia para la generación del Plan de Desarrollo Juvenil de la Comuna de Concepción, una entrada desde el micro-territorio, desde la experiencia barrial.

Este es el punto de partida de esta experiencia de generación de Políticas Locales de Juventud, propiciar instancias reales de integración social juvenil en la comuna a través de la definición de planes de desarrollo surgidos desde los mismos jóvenes.

Descripción de la estrategia de Generación del Plan de Desarrollo Juvenil de la comuna de Concepción: "Construyendo el puente hacia el territorio de los Sueños".

Durante 1998 se desarrollaron dos experiencias vinculados a dicho proceso; una el Taller de Realidad Juvenil y otra, el Primer Cabildo Abierto de Juventud.

El Taller de Realidad Juvenil convocó alrededor de 50 jóvenes representantes del mundo poblacional de la comuna y cerca de 80 jóvenes secundarios vinculados a Centros de Alumnos de liceos municipalizados, con los cuales se trabajó durante cuatro meses, en torno a la reflexión sobre las identidades juveniles y de género, los derechos juveniles y la participación social de los jóvenes en la comuna. El espacio Taller permitió que l@s jóvenes profundizaran dando una mirada crítica en torno a dichos elementos, así como también sentar las bases del Primer Cabildo Abierto de Juventud, quiénes participarían y cómo, los objetivos y las metas que se proponían.

Finalizado el Taller de Realidad Juvenil, existe claridad en que la diversidad del mundo juvenil debería expresarse frente a las autoridades comunales, a partir de representantes sectoriales: jóvenes poblacionales, secundarios, universitarios, artistas (rockeros y raperos) y de las juventudes políticas, cada cual desde sus demandas y reivindicaciones.

Para ello se trabajó durante un mes en la elaboración de análisis, propuestas y peticiones a partir de dichos sectores juveniles, quienes discutieron sus planteamientos y eligieron a sus voceros para el Cabildo de Juventud.

El Cabildo Abierto de Juventud convocó la participación de más de 200 jóvenes representantes de diversos ámbitos del quehacer juvenil de la comuna y las autoridades comunales a través del Alcalde y Concejales. Metodológicamente implicó la presentación de las propuestas sectoriales de los jóvenes de la comuna, los compromisos alcaldicios y el diálogo en torno a temas coyunturales, lo cual permitió perfilar algunas líneas de trabajo.

Los temas propuestos, así como los acuerdos suscritos, permitieron la realización de proyectos anhelados por el mundo juvenil en el ámbito de infraestructura (como una Sala de Ensayo en un barrio periférico de la comuna) así como también la redefinición programática del Departamento de Jóvenes para el año 1999, en torno a las necesidades estratégicas enfatizadas por los jóvenes (des-estigmatización de los jóvenes en el espacio público, fortalecimiento organizacional, desarrollo promocional de la cotidianeidad juvenil, lo que dio origen a un periódico, a un Fondo de Iniciativas y al desarrollo de experiencias piloto en diversos ámbitos).

Paralelamente las organizaciones juveniles se han ido fortaleciendo, generando instancias de coordinación mayor a nivel local y comunal.

Esta primera etapa marcó las líneas gruesas de desarrollo juvenil en la comuna, sin embargo la evaluación permitió clarificar la necesidad de focalizar aún más las opciones de desarrollo juvenil vinculándolo a los territorios desde donde los cuales se desarrolla su cotidianeidad.

Este análisis dio paso a la segunda etapa en el proceso de Generación de Políticas Locales de Juventud, la que comienza durante el 2000.

El objetivo aquí es desarrollar el Plan de Desarrollo Juvenil para el próximo quinquenio, teniendo como punto de partida la micro-localidad e involucrando la participación de más de 70 colectivos juveniles poblacionales.

La estructura programática para la elaboración del Plan consta de tres fases, a saber,

Profundización: En la que se discutirá con las organizaciones juveniles en cada territorio en torno a los sueños de localidad y de comuna.

Potenciación: Durante la cual se realizarán Cabildos Juveniles Territoriales, espacio en que se privilegiará la construcción colectiva de desarrollo local entre los jóvenes.

Negociación: En donde se determinarán las prioridades y los pasos a seguir para lograr dichos sueños y se presentará el Plan de Desarrollo Juvenil para ser suscrito por las autoridades comunales.

El proceso de construcción del Plan en esta etapa está focalizado en el mundo poblacional juvenil, y los objetivos estratégicos están centrados en la instalación de sueños colectivos de sector y de ciudad, en la reconstrucción del tejido social.

Dicho proceso incorpora la generación de mesas de trabajo entre jóvenes y el equipo del Departamento de Jóvenes para la elaboración del documento que contendrá las estrategias propuestas, la suscripción de una pauta de acuerdos de trabajo conjunto entre el municipio y los jóvenes, así como también la instalación de una mesa de seguimiento desde los jóvenes de los acuerdos tomados.

Paralelamente se complementará el Plan con datos cualitativos y cuantitativos además de la generación de un modelo de evaluación en base a indicadores.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Balardini, Sergio (1999): «Políticas de juventud: conceptos y la experiencia argentina». Última Década N°10. Viña del Mar: Ediciones cidpa.



Bango, Julio (1999): «Políticas públicas de juventud». Ponencia presentada en el Primer Seminario sobre Políticas Locales de Juventud en las Mercociudades. Municipalidad de Rosario (Argentina) e Intendencia Municipal de Montevideo (Uruguay). Rosario (Argentina), julio.



Coljuventud, 1993.Confabulando Presentes. Promover, Santa Fé de Bogota-Colombia.



Gónzales, R. (2000). "Análisis de la Política Social dirigida a los jóvenes". Ediciones Interjoven, Mayo de 2000, Santiago de Chile.



Iglesis, A (2000). "Políticas Locales de Juventud: Una Mirada al Fondo del Ojo". En Revista Última Década N º 12, Marzo de 2000, Ediciones Cidpa.



INTERJOVEN (2000). La Juventud en el triángulo de las Bermudas. Ediciones Interjoven, Mayo de 2000, Santiago de Chile.



Rodríguez, E. (2000)."Juventud, participación y desarrollo en América Latina: Desafíos y prioridades en el comienzo de un Nuevo Siglo". Notas presentadas en el II Foro Juvenil del Mercosur, Bolivia y Chile sobre participación Juvenil.



Silva, C. (2000). "reflexiones y aportes a una politica comunal—a escala humana— en juventud. En Revista Ultima Década N º 12, Marzo de 2000, Ediciones Cidpa, Viña del Mar.



Touraine, Alain (1988): «Un mundo que ha perdido su futuro». En vv. aa.: ¿Qué empleo para los jóvenes? Madrid: Tecnos/unesco.


http://www.ubiobio.cl/cps/ponencia/doc/p8.4.htm

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