CATUCHE un ejemplo positivo de participaciòn en la IV Repùblica
El Universal con fecha 25 de julio de 2010, presenta un reportaje que recuerda una referencia de participación ciudadana de la IV República, que es oportuno transcribir en este espacio, la nota fue escrita por Javier Brassesco:
Transferencia de recursos a las comunidades, administración delegada, mano de obra proveniente de los propios vecinos... todos estos términos, que se harían comunes con el tiempo, fueron aplicados por primera vez, hace años, en un proyecto habitacional modelo que demostró que las comunidades pueden trabajar hombro a hombro con Gobierno e instituciones.
Aunque el deslave de diciembre de 1999 es recordado como "la tragedia de Vargas", pocas regiones fueron tan golpeadas por aquel desastre natural como una comunidad de La Pastora: Catuche.
Allí la crecida de la quebrada dejó en la calle a 800 familias, y luego de muchas reuniones y exhaustivos censos, la comunidad firmó (junio 2000) con el Conavi el Plan de Reconstrucción Catuche, un ejemplo de colaboración comunidad-instituciones.
Los vecinos cedieron: la mitad de las 800 familias damnificadas accedió a no reclamar otra casa, y el Conavi aseguró que en dos años tendría construidos 400 apartamentos para los más pobres, los que no tenían posibilidad de mudarse. Éstos se comprometieron, mientras tanto, a vivir en donde pudieran sin invadir ningún terreno y pagando el alquiler de su propio bolsillo.
Los vecinos cumplieron, el Conavi no. Al programa de rehabilitación de barrios del cual dependía Catuche le cortaron los fondos cuando Josefina Baldó salió del Conavi, en 2001, y sólo pudieron entregarse 107 apartamentos, con un año de atraso, en 2003. Tres años después se entregaron otros 92 (sin gas ni luz). Las restantes 201 familias (los que están vivos, pues más de veinte vecinos han muerto en la espera) aún aguardan.
Pedro Serrano, director de la Asociación Civil Catuche, dice que el proyecto está hoy parado. Cree sin embargo que en Caracas (con déficit habitacional de 800 mil casas) habría que seguir intentando experiencias de integración gobierno-comunidades. Catuche demostró que la comunidad cumple con su parte. Pero es imprescindible que el Gobierno cumpla con la suya.
Testimonios
Ruth Salcedo
"Ay, si le contara..." Ruth Salcedo dice que su vida ha sido una odisea desde que perdió su vivienda en Catuche. En Caracas vivió en más de 10 sitios distintos, siempre con la esperanza de que le dieran el apartamento prometido, y su vida se vino a estabilizar hace cuatro años, cuando se mudó a Charallave. Lo que más le duele es estar separada de su familia, sobre todo de su nieto de 24 años. Dice que está allá "extrañando mi Caracas", y cuenta no hay una noche en que se duerma sin pedirle a Dios que le devuelva la casa que perdió en Catuche hace más de 10 años.
Alice Mora
La misma noche de la tragedia de Vargas se fue a Maracay, en donde vivían sus hijos. Cumplió su parte del trato y esperó, primero arrimada y luego alquilada. Su apartamento lo recibió en 2006, con cuatro años de retraso, sin paredes interiores, sin luz y sin gas. Igual siente que es una privilegiada: al menos tiene aquí, en esa Caracas cuya agitada vida no le termina de gustar, una casa propia, y dejó atrás la desesperación que le invadía en Maracay, en donde fue desalojada en tres ocasiones.
Ramón Escalona
Tiene casi 11 años esperando, pero dice que aún no pierde la esperanza. Hoy vive en Puerto La Cruz (su mujer es de allá), pero por allá no ha podido ejercer su profesión de contador y ha tenido que resolverse la vida vigilando urbanizaciones, despachando en una panadería y dando clases de música. Dice que extraña Caracas, donde viven dos hijos a los que apenas puede ver. "Me están enseñando a chatear por me-ssenger", cuenta. A sus 50 años, sueña con que por fin le den su apartamento y ya no tenga que vivir alquilado. Tal vez pueda entonces hacer realidad otro de sus anhelos: comprarse una guitarra.
Fuente:
http://www.eluniversal.com/2010/07/25/ccs_art_catuche-demostro-que_1979136.shtml?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=newsEUccs
Transferencia de recursos a las comunidades, administración delegada, mano de obra proveniente de los propios vecinos... todos estos términos, que se harían comunes con el tiempo, fueron aplicados por primera vez, hace años, en un proyecto habitacional modelo que demostró que las comunidades pueden trabajar hombro a hombro con Gobierno e instituciones.
Aunque el deslave de diciembre de 1999 es recordado como "la tragedia de Vargas", pocas regiones fueron tan golpeadas por aquel desastre natural como una comunidad de La Pastora: Catuche.
Allí la crecida de la quebrada dejó en la calle a 800 familias, y luego de muchas reuniones y exhaustivos censos, la comunidad firmó (junio 2000) con el Conavi el Plan de Reconstrucción Catuche, un ejemplo de colaboración comunidad-instituciones.
Los vecinos cedieron: la mitad de las 800 familias damnificadas accedió a no reclamar otra casa, y el Conavi aseguró que en dos años tendría construidos 400 apartamentos para los más pobres, los que no tenían posibilidad de mudarse. Éstos se comprometieron, mientras tanto, a vivir en donde pudieran sin invadir ningún terreno y pagando el alquiler de su propio bolsillo.
Los vecinos cumplieron, el Conavi no. Al programa de rehabilitación de barrios del cual dependía Catuche le cortaron los fondos cuando Josefina Baldó salió del Conavi, en 2001, y sólo pudieron entregarse 107 apartamentos, con un año de atraso, en 2003. Tres años después se entregaron otros 92 (sin gas ni luz). Las restantes 201 familias (los que están vivos, pues más de veinte vecinos han muerto en la espera) aún aguardan.
Pedro Serrano, director de la Asociación Civil Catuche, dice que el proyecto está hoy parado. Cree sin embargo que en Caracas (con déficit habitacional de 800 mil casas) habría que seguir intentando experiencias de integración gobierno-comunidades. Catuche demostró que la comunidad cumple con su parte. Pero es imprescindible que el Gobierno cumpla con la suya.
Testimonios
Ruth Salcedo
"Ay, si le contara..." Ruth Salcedo dice que su vida ha sido una odisea desde que perdió su vivienda en Catuche. En Caracas vivió en más de 10 sitios distintos, siempre con la esperanza de que le dieran el apartamento prometido, y su vida se vino a estabilizar hace cuatro años, cuando se mudó a Charallave. Lo que más le duele es estar separada de su familia, sobre todo de su nieto de 24 años. Dice que está allá "extrañando mi Caracas", y cuenta no hay una noche en que se duerma sin pedirle a Dios que le devuelva la casa que perdió en Catuche hace más de 10 años.
Alice Mora
La misma noche de la tragedia de Vargas se fue a Maracay, en donde vivían sus hijos. Cumplió su parte del trato y esperó, primero arrimada y luego alquilada. Su apartamento lo recibió en 2006, con cuatro años de retraso, sin paredes interiores, sin luz y sin gas. Igual siente que es una privilegiada: al menos tiene aquí, en esa Caracas cuya agitada vida no le termina de gustar, una casa propia, y dejó atrás la desesperación que le invadía en Maracay, en donde fue desalojada en tres ocasiones.
Ramón Escalona
Tiene casi 11 años esperando, pero dice que aún no pierde la esperanza. Hoy vive en Puerto La Cruz (su mujer es de allá), pero por allá no ha podido ejercer su profesión de contador y ha tenido que resolverse la vida vigilando urbanizaciones, despachando en una panadería y dando clases de música. Dice que extraña Caracas, donde viven dos hijos a los que apenas puede ver. "Me están enseñando a chatear por me-ssenger", cuenta. A sus 50 años, sueña con que por fin le den su apartamento y ya no tenga que vivir alquilado. Tal vez pueda entonces hacer realidad otro de sus anhelos: comprarse una guitarra.
Fuente:
http://www.eluniversal.com/2010/07/25/ccs_art_catuche-demostro-que_1979136.shtml?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=newsEUccs