Ciudad actual vs. ciudad comunal
El artículo 61 del proyecto de Ley sobre las Comunas señala que una ciudad comunal es la “unión de comunas, que dentro de un eje geográfico y territorial definido poseen una memoria histórica compartida, usos, costumbres y rasgos culturales que los identifican, con intereses comunes y agrupadas entre sí, con fines políticos, administrativos y económico-productivos, que persiguen un modelo de sociedad socialista de equidad y de justicia, en concordancia con los lineamientos establecidos en los planes nacionales y en los programas y las políticas dictados por el Ejecutivo Nacional.”
Me pregunto la ciudad de hoy, la que conocemos ¿no tienen una memoria histórica compartida, usos, costumbres y rasgos culturales que los identifican, con intereses comunes y agrupadas entre sí, con fines políticos, administrativos y económico-productivos?
Una ciudad hoy es en la práctica real la unión de parroquias, que se convierten todas en un municipio bajo una misma forma de gobierno, la unión de municipios hoy constituye un estado; y para 1961 y hasta los años 80, eran la unión de municipios que se transformaban en distritos y estos en estados.
Por supuesto la gran diferencia entre la ciudad que hoy conocemos y la que se propone como ciudad comunal estriba en:
1.- Esta ciudad que se plantea se denomina socialista.
2.- Esa ciudad socialista, se somete a las políticas del Ejecutivo Nacional.
3.- Su forma organizativa y de funcionamiento se establecerá en el decreto de creación del Distrito Motor de Desarrollo al que pertenezca, que impone además, según el reglamento del Consejo Federal de Gobierno, una autoridad única designada por el Presidente.
La ciudad que hoy conocemos no depende su gobierno del Ejecutivo Nacional, menos aún se desarrolla a través de un decreto presidencial, y no tiene ningún apellido que le vincule ideológicamente con ningún sistema o régimen político. Esa ciudad que hoy conocemos tiene un mismo origen histórico y su desarrollo ha sido el producto de la propia acción de sus propios vecinos y acumula a través de las décadas miles de historias, experiencias, costumbres y tradiciones que son las que hacen posible poder decir que cada ciudad tiene su propio espíritu, que cautiva a unos más que a otros y que hace sentirnos partes de la misma.
Se plantea a través del proyecto de Ley de Comunas un cambio cultural y esencial en nuestra relación como vecinos y ciudadanos con este pedazo de territorio que llamamos ciudad y que se expresa políticamente a través de un municipio.
Creo oportuno que revisemos nuestra relación con ese “espíritu de la ciudad”, para poder enfrentar cualquier debate sobre esta materia y entender el cambio tan profundo que se plantea, esa revisión se puede hacer a través de 10 preguntas básicas:
Sobre el origen de la ciudad, conozco:
1. ¿La fecha de fundación?
2. ¿El origen del nombre de mí ciudad?
3. ¿Quién fue el fundador?
Sobre la forma como se gobierno la ciudad, tengo información sobre:
4. ¿El nombre del cronista de mí ciudad?
5. ¿Si hay actividades en conmemoración a la fundación de la ciudad?
6. ¿Las tradiciones de mí comunidad?
7. ¿El concejal de mí circuito y su labor legislativa?
8. ¿El presupuesto del municipio?
9. ¿Las ordenanzas?
10. ¿Participo o alguien de mi familia participa en actividades de la comunidad?
¿Qué sucede con estas preguntas?
Si no conocemos el origen histórico de nuestra ciudad, pues poco importará el mismo, o más bien, una nueva historia, adornada y vendida como un proceso (el revolucionario) que resolvió los problemas del país será suficiente para que un grupo de vecinos –tal vez- la asuman en lo que llamarán Carta Fundacional de la ciudad comunal.
Por otro lado, como las ordenanzas son desconocidas, e igual no es importante conocer las autoridades locales, y menos participar en los temas comunitarios, unos nuevos representantes y una llamada Carta Comunal, quizá resolverá los problemas que hoy tenemos, total “nunca se sabe qué hacen los políticos que ocupan cargos en el municipio”.
Entonces esas son preguntas básicas, esenciales, elementales para poder alimentar nuestro ADN de ciudadanos e identificarnos con una ciudad, su historia y tradiciones que serán el legado de nuestros ancestros para poder enfrentar con ideas, con tradición, con sentimiento, con arraigo la idea de imponernos una nueva forma de organizarnos que cambia nuestra esencia y nuestra tradición histórica.
Podrán decir que Caracas como ciudad es compleja y por lo tanto esta reflexión no responde a la realidad actúal. Por el contrario, cada municipio que hacen en la práctica la ciudad de Caracas tiene su historia, tiene su realidad, y las 5 ciudades padecen de problemas que sólo una instancia metropolitana de coordinación podrácontribuir para buscar soluciones bajo la colaboración, cooperación y el trabajo mancomunado. Esta misma situación la tendrán con las ciudades comunales, porque hablamos de una ciudad con prácticamente 3 entradas y salidas: tazón, vía guatire y los teques, con una sóla autopista que vincula la ciudad y con problemas que las hace interdependientes unas de otras por la facilidad de pasar de un municipio a otro, interpretando municipio la forma de organizarse una ciudad.
Me pregunto la ciudad de hoy, la que conocemos ¿no tienen una memoria histórica compartida, usos, costumbres y rasgos culturales que los identifican, con intereses comunes y agrupadas entre sí, con fines políticos, administrativos y económico-productivos?
Una ciudad hoy es en la práctica real la unión de parroquias, que se convierten todas en un municipio bajo una misma forma de gobierno, la unión de municipios hoy constituye un estado; y para 1961 y hasta los años 80, eran la unión de municipios que se transformaban en distritos y estos en estados.
Por supuesto la gran diferencia entre la ciudad que hoy conocemos y la que se propone como ciudad comunal estriba en:
1.- Esta ciudad que se plantea se denomina socialista.
2.- Esa ciudad socialista, se somete a las políticas del Ejecutivo Nacional.
3.- Su forma organizativa y de funcionamiento se establecerá en el decreto de creación del Distrito Motor de Desarrollo al que pertenezca, que impone además, según el reglamento del Consejo Federal de Gobierno, una autoridad única designada por el Presidente.
La ciudad que hoy conocemos no depende su gobierno del Ejecutivo Nacional, menos aún se desarrolla a través de un decreto presidencial, y no tiene ningún apellido que le vincule ideológicamente con ningún sistema o régimen político. Esa ciudad que hoy conocemos tiene un mismo origen histórico y su desarrollo ha sido el producto de la propia acción de sus propios vecinos y acumula a través de las décadas miles de historias, experiencias, costumbres y tradiciones que son las que hacen posible poder decir que cada ciudad tiene su propio espíritu, que cautiva a unos más que a otros y que hace sentirnos partes de la misma.
Se plantea a través del proyecto de Ley de Comunas un cambio cultural y esencial en nuestra relación como vecinos y ciudadanos con este pedazo de territorio que llamamos ciudad y que se expresa políticamente a través de un municipio.
Creo oportuno que revisemos nuestra relación con ese “espíritu de la ciudad”, para poder enfrentar cualquier debate sobre esta materia y entender el cambio tan profundo que se plantea, esa revisión se puede hacer a través de 10 preguntas básicas:
Sobre el origen de la ciudad, conozco:
1. ¿La fecha de fundación?
2. ¿El origen del nombre de mí ciudad?
3. ¿Quién fue el fundador?
Sobre la forma como se gobierno la ciudad, tengo información sobre:
4. ¿El nombre del cronista de mí ciudad?
5. ¿Si hay actividades en conmemoración a la fundación de la ciudad?
6. ¿Las tradiciones de mí comunidad?
7. ¿El concejal de mí circuito y su labor legislativa?
8. ¿El presupuesto del municipio?
9. ¿Las ordenanzas?
10. ¿Participo o alguien de mi familia participa en actividades de la comunidad?
¿Qué sucede con estas preguntas?
Si no conocemos el origen histórico de nuestra ciudad, pues poco importará el mismo, o más bien, una nueva historia, adornada y vendida como un proceso (el revolucionario) que resolvió los problemas del país será suficiente para que un grupo de vecinos –tal vez- la asuman en lo que llamarán Carta Fundacional de la ciudad comunal.
Por otro lado, como las ordenanzas son desconocidas, e igual no es importante conocer las autoridades locales, y menos participar en los temas comunitarios, unos nuevos representantes y una llamada Carta Comunal, quizá resolverá los problemas que hoy tenemos, total “nunca se sabe qué hacen los políticos que ocupan cargos en el municipio”.
Entonces esas son preguntas básicas, esenciales, elementales para poder alimentar nuestro ADN de ciudadanos e identificarnos con una ciudad, su historia y tradiciones que serán el legado de nuestros ancestros para poder enfrentar con ideas, con tradición, con sentimiento, con arraigo la idea de imponernos una nueva forma de organizarnos que cambia nuestra esencia y nuestra tradición histórica.
Podrán decir que Caracas como ciudad es compleja y por lo tanto esta reflexión no responde a la realidad actúal. Por el contrario, cada municipio que hacen en la práctica la ciudad de Caracas tiene su historia, tiene su realidad, y las 5 ciudades padecen de problemas que sólo una instancia metropolitana de coordinación podrácontribuir para buscar soluciones bajo la colaboración, cooperación y el trabajo mancomunado. Esta misma situación la tendrán con las ciudades comunales, porque hablamos de una ciudad con prácticamente 3 entradas y salidas: tazón, vía guatire y los teques, con una sóla autopista que vincula la ciudad y con problemas que las hace interdependientes unas de otras por la facilidad de pasar de un municipio a otro, interpretando municipio la forma de organizarse una ciudad.