¿Dónde está la ONU en los 80 años de su Carta fundacional?
I. ¿Dónde están los valores y principios de la Carta de la ONU?. II.- ¿Dónde está la ONU?
I. ¿Dónde están los valores y principios de la Carta de la ONU?
Son 80 años desde que se adoptó la Carta de Naciones Unidas, que además, entró en vigencia desde el 24 de octubre de ese mismo año y la ONU se presenta en un momento complicado, pues los distintos conflictos que enfrenta la sociedad global, nos presenta unas Naciones Unidas disminuida en su capacidad de impulsar condiciones para lograr soluciones pacíficas y en consecuencia, ello supone un modelo que no logra cumplir la misión que le fue asignada como legado de quienes vivieron los horrores de las guerras mundiales en el siglo pasado.
Oportuno entonces es recordar aquellos principios que desde entonces, 8 décadas atrás fueron definidos para guiar la acción de la ONU, veamos el artículo 1 de la Carta de Naciones Unidas:
- Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz;
- Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal;
- Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y
- Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
La crisis de la ONU, es reconocida por su secretario general, António Guterres, quien por ejemplo, en febrero 2024, reconocía de forma expresa, que aquellos mecanismos que una vez resultaron efectivos en la relación de las superpontencias en el marco de la Guerra Fría, hoy ya no existen, y advertía, además, que el Consejo de Seguridad, estaba como nunca antes muy divido y presentando una disfunción peligrosa y profunda.1
En el Informe Anual del Secretario General sobre las actividades de la Organización 2024, Guterres, no reclamó que la falta de voluntad política y de inversión, fueron las principales causas que frenaron el avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 20302.
La exigencia global y el reconocimiento de la propia ONU de la necesidad de impulsar reformas, ha llevado a António Guterres ha tomar algunas iniciativas orientadas a promover cambios en tres áreas que él mismo ha destacado deben abarcar tres áreas claves: una reforma profunda del Consejo de Seguridad, del sistema financiero internacional, y la creación de una "herramienta de urgencia para mejorar las respuestas internacionales para impactos mundiales complejos"3
Para António Guterres, los conflictos que se viven en Sudán, Ucrania, la República Democrática del Congo, Yemen, Birmania o Gaza, son una "gangrena en nuestra conciencia colectiva", que han llevado al aumento de las necesidades humanitarias mundiales a niveles sin precedentes y sin una financiación suficiente para responder a esa realidad..
Aún cuando Guterres centra la mirada en el tema del conflicto armado, no hay que olvidar que en América en estas últimas 2 décadas, el espacio democrático retrocedió dramáticamente cuando a la realidad de Cuba se sumaron Venezuela y Nicaragua, ejemplos concretos de lo que conocemos como Terrorismo de Estado, que alimentan la incertidumbre e inestabilidad que desde hace tiempo nos acompaña.
Pero además, el problema no sólo está en la poca capacidad de la ONU de responder a los desafíos del presente, sino que también, se expresa, a través de orden global que no funciona para nadie, cada vez más fragmentado y dividido, como acusó el propio Guterres en la Conferencia de Munich de febrero 2024.
Claramente, en ese contexto complejo que nos presenta Guterres, fenómenos como la migración se potencian como un problema, porque sus causas: políticas, económicas y la necesidad de buscar por un mejor futuro, no podrán superarse en un contexto de inestabilidad e incertidumbre global; por lo tanto la necesidad de reivindicar los valores y principios de la ONU claramente contribuirán a enfrentar la movilidad humana.
Esos valores y principios a los que hago referencia ¿siguen cohesionando a los Estados miembros de la ONU lo suficiente como para liderar una hoja de ruta que los reivindique en el campo de la realidad?
Recordemos cuáles fueron aquellos valores que cohesionaron en 1945 a varios Estados y que concretaron en la Carta de Naciones Unidas, ellos son:
- Preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles.
- Reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas.
- Crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional.
- Promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad.
Esos desafíos que plantea, son:
- Crisis climática.
- Crecimiento de la desigualdad.
- Aumento de pobreza.
- Terrorismo
- Amenaza nuclear
- Inteligencia artificial.
Es claro esos desafíos exigen una ONU capaz de enfrentarlos en un contexto que el propio Guterres ha venido presentado como complejo y difícil, sin un orden global que funcione para todos, con un diseño institucional de la ONU, que no sólo encuentra en el conflicto de Ucrania la principal evidencia de su debilidad, sino también en el nivel de compromiso de los Estados miembros de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para el año 2024, el propio Guterres reconocía que sólo el 17%” de las metas fijadas están ahora mismo al alcance, mientras que en una tercera parte los avances se habían estancado o incluso, habían retrocedido6.
En respuesta a los retos y exigencias de reforma, en marzo 2025, Guterres presentó oficialmente una iniciativa llamada ONU80 que busca “modernizarla y hacerla más eficiente para afrontar los desafíos de este siglo”, partiendo de la premisa, que los valores de la ONU, como dice el propio Secretario General, son más relevantes y las necesidades mayores como nunca antes, una verdad que afirma Guterres, es muy clara en tiempos de incertidumbre e imprevisiblidad.
Esa iniciativa propuso tres áreas claves para la modernización, ellas son 7:
La rápida identificación de las eficiencias y mejoras por ejecutar en el funcionamiento de la Organización
Una revisión exhaustiva de la implementación de los mandatos otorgados a las Naciones Unidas por los Estados miembros, que han aumentado significativamente en los últimos años
Una revisión estratégica de los cambios estructurales más profundos y la reorganización de los programas en el Sistema de las Naciones Unidas
Para profundizar en ellas es necesario revisar el Pacto para el Futuro, adoptado mediante la Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas de 22 de septiembre 2024, A/RES/79/1 8, que en una primera revisión nos presenta 56 acciones y nos deja la sensación de estar frente a una edición reformada de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero en el marco de unas prioridades que definen la forma de organizar esas acciones.
El Pacto organiza las acciones en 5 áreas concretas, ellas son:
- Desarrollo Sostenible y financiación para el Desarrollo
- Paz y seguridad internacional.
- Ciencia, tecnología y cooperación digital.
- Juventud y generaciones futuras.
- Transformación gobernanza global.
Sin duda, hay que leer el contenido de ese Pacto y los documentos anexos para valorar si allí se dibuja un diseño institucional capaz de adecuar la ONU a los tiempos presentes, evitando que avancemos a que esa guerra en pedazos escale a niveles que, por error o de forma intencional, se transforme en la III Guerra Mundial y a preservar su compromiso con el principal legado que nos dejaron quienes experimentaron las guerras mundiales en el siglo pasado que está reflejado en los valores y principios que inspiran la Carta de la ONU.
Conocer esos documentos, para muchos es algo que despierta muy poco interés, pero en esas letras están las referencias para poder valorar el nivel de compromiso de la ONU frente a los desafíos del presente y despertar la esperanza que en el contexto global, se buscan los esfuerzos de un modelo de gobernanza que permita retomar la cooperación orientada a preservar los niveles más adecuados para la convivencia pacífica, que reduzca la intolerancia que desde hace tiempo intenta imponerse no sólo en el mundo off line, sino también, principalmente a través del mundo online.
Carlos Romero Mendoza
@carome31
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Referencias.
1DW. Guterres: "Nuestro mundo ha entrado en una era de caos". 07 de febrero 2024. Online en: https://www.dw.com/es/ant%C3%B3nio-guterres-nuestro-mundo-ha-entrado-en-una-era-de-caos/a-68195888
2 ONU. Con Decisión. Memoria del Secretario General sobre la labor de la Organización. 2024. Página 6. https://www.un.org/sites/un2.un.org/files/sg_annual_report_2024_es.pdf
3Ver nota 1
4 Ver nota 1
5Ver nota 1
6EPOK. Comunicación de Sustentabilidad yRSE. “Las ODS no se cumplirán a este ritmo y han retrocedido”: António Guterres. 1 de julio 2024. Online en: https://www.expoknews.com/ods-no-se-cumpliran-a-este-ritmo-y-han-retrocedido-antonio-guterres/
7El Secretario General presenta la Iniciativa ONU 80 para modernizar y aumentar la eficiencia de la Organización. 12 de marzo 2025. Online en: https://news.un.org/es/story/2025/03/1537176
8 Asamblea General ONU. Resolución aprobada el 22 de septiembre 2024. Pacto para el Futuro. A/RES/79/1. Recuperado el 20 de mayo 2025. Online en: https://docs.un.org/es/A/RES/79/1
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