¿Cuál es nuestra fisonomía nacional?


Leer Mensaje sin destino de Mario Briceño Iragorry (1897-1953), es reflexionar sobre nuestro futuro y nuestra condición de pueblo, es revisar nuestra historia, los lideres que nos han conducido y es concluir que pareciera que estamos condenados a repetir conductas que nos han caracterizado en el pasado, salvo, que logremos romper los paradigmas que tenemos como pueblo y como sociedad.
Veamos la siguiente afirmación que hace Briceño Iragorry en su libro:
"Nosotros, lejos de perseguir fórmulas que nos pongan en el dominio de las fuerzas tradicionales, intentamos destruir de raíz el estilo de vida de la comunidad, cada vez que el azar nos permite influir en el destino social o cultural de nuestro pueblo. Sin mirar los balances favorables y los signos positivos de las épocas anteriores, buscamos hacer la tabla rasa para empezar una nueva construcción.

Por ello de cambio en cambio, de modificación en modificación, de sistema en sistema, de ensayo en ensayo, hemos llegado, en el afán de borrar el pasado, hasta frustrar nuestra genuina fisonomía nacional.

La revolución de octubre de 1945, afanosa de componer lo corrompido anterior, habló hasta de una segunda independencia. Lo mismo habían hecho todos los movimientos precedentes cuando tomaron el gobierno. Si leemos los discursos inaugurales de los ejercitantes del Poder, hallaremos que Venezuela ha nacido tantas veces como regímenes personalistas ha soportado.
Lo mismo que proclamaron Guzmán y Betancourt, lo sintieron o lo mintieron Gómez y Castro, Crespo y los Monagas. Cada uno se creyó a su turno el mago de Venezuela, y preocupados los magos y los brujos de cada momento en variar y mejorar a su modo el rostro de la patria, hemos terminado por sufrir una fatal ausencia de perfiles determinantes. Creo que cualquiera conviene conmigo en que sea ésta la peor de las crisis que sufre nuestro país.”
Mensaje sin destino. Monte Avila Editores Latinoamerica. Pp 45-47. 2004

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