Werner Corrales: la clase media se desentendió de la política.

El Carabobeño, publica el 15 de mayo una entrevista a Werner Corrales, realizada por Alfredo Fermín y que textualmetne se copia en este blog:

Para Werner Corrales, ex ministro de Cordiplan, durante el segundo gobierno de Rafael Caldera, el problema de los venezolanos es más profundo que la sola presencia de Chávez en el poder, porque no podremos salir de esta situación si la clase media no rectifica el error de haberse desentendido de la política, en los últimos diez años.

"La clase media abandonó lo público y permitió que su espacio fuese invadido por lo que tenemos. Debemos unir, a la sociedad venezolana, para salir de esta situación por la vía electoral, no con mensajes de marketing político. Lo que pide la mayoría es una propuesta para reconstruir al país, después de ganar unas elecciones, por tan amplio margen, que sea difícil de desconocerlas por quien ha permanecido en el poder más de la cuenta".

Corrales, dirigente del movimiento la Iniciativa Democrática, estuvo en Valencia, el fin de semana pasado, invitado por el tren que promueven en esta ciudad, Rubén Pérez Silva y Guillermo Manosalva. El Colegio de Abogados coordinó un taller para dirigentes de organizaciones comunitarias y políticas. La finalidad fue analizar las trampas de la pobreza y sobre cómo debería ser nuestro país después de Chávez.

-¿Cuáles son las trampas de la pobreza?

-Son situaciones en las cuales, quienes se encuentran en una circunstancia difícil intentan salir de ella. Pero, la decisión que toman, los hunde más en la pobreza. Una de esas trampas es insertarse en la economía precaria o informal, porque no se ha tenido una formación que permita desempeñar funciones de alta productividad. Cuando un miembro de esta familia se enferma, no tiene un seguro que lo cubra y, en los días en que no trabaja, la familia no come. Como no tienen capacidad de ahorro, cuando se presentan inconvenientes, tienen que salir a empeñar lo que tienen.

O cuando sacan a los niños de la escuela, para que se pongan a trabajar. Esa es una trampa que hunde más a la gente porque, cuando un niño deja de estudiar está condenado a que en el futuro sea pobre.

Está también la trampa de inseguridad, con sucesos inesperados, desastres naturales y la falta de un sistema de seguridad social, de cobertura universal lo que hace que, más del 60 por ciento de la población venezolana esté prácticamente desamparada.

Otra trampa es el poder ciudadano limitado. Las comunidades pobres han venido sufriendo ofertas engañosas, con respecto a la participación. El populismo nuestro, que nos fue inventado en los últimos años, manipula a las comunidades con ofertas de participación pero no en las grandes decisiones. La oferta es para que voten por determinada candidatura política, que no resuelve los problemas.

-¿Las misiones son una trampa?

-Son una manipulación populista a los sectores pobres. Resuelven problemas pequeños, con la venta de alimentos más baratos pero se contribuye a la capacitación. Es decir, que se da el pescado pero no se enseña a pescar para que la persona se mantenga dependiente. Algunas tienen buenos resultados, como el programa Barrio Adentro que debe ser institucionalizado.

-¿Y la Misión Vivienda que acaban de poner en práctica?

-Después de once años de estar en el poder, el Presidente (Chávez) ofrece una esperanza que, solamente, se concreta en llenar una planilla en la que, supuestamente, el aspirante queda registrado para pedir la vivienda. El argumento es que, ahora, están haciendo un registro científico. ¿Acaso la ciencia del registro se inventó este año? ¿Por qué no lo hicieron hace once años? ¿Acaso hace falta un registro personal, para saber la situación en la que se encuentra la gente en los barrios pobres?

La Misión Vivienda no es más que el ofrecimiento de una nueva esperanza a gente que no tiene donde vivir. Pero no se le está dando ninguna seguridad de eso. ¿Por qué razón se está haciendo meses antes de las elecciones? Hay una gran habilidad mediática, sin ninguna sinceridad con la sociedad venezolana, particularmente con los pobres.

-¿Está de acuerdo con las elecciones primarias?

-Estoy de acuerdo con las primarias, pero creo que hay que volver a introducir sustancia en cualquier encuentro electoral. Estar escogiendo candidato porque uno sea más joven que otro, no es lo fundamental. El candidato debe ser el portador de una propuesta de país que vuelva a unir a los venezolanos, que esté decidido a comenzar una transformación, que no será fácil, para que haya producción, empleo estable y que no dependamos de un Gobierno no que regala las rentas, que son del Estado y no del ciudadano. El Estado debe estar al servicio del ciudadano y no que ponga al ciudadano a su servicio.

Los candidatos deben someterse a un escrutinio de la ciudadanía para responder las preguntas que preocupan a la ciudadanía, en vez de poner una fiesta, como ha sido la política electoral en los últimos 30 años.

-¿Quién sería ese candidato?

-Sí hay candidatos que podrían hacer esto, pero prefiero no mencionarlos. Personalmente creo que deben ser personas que no vienen maleadas de las prácticas que nos llevaron a la fosa en los años 80 y 90. Esto no quiere decir que haya que contar con los muchachos nada más. Hay gente que no participó en aquella macolla política.

-¿Cómo explica usted el odio de Chávez a Estados Unidos y sin embargo, le vende la mayor parte del petróleo venezolano?

-La escritora alemana de origen judío Hanna Arendt, es famosa por sus análisis del totalitarismo, el cual es fácilmente aplicable al presente gobierno. Porque estos regímenes crean la imagen de un enemigo, contra el cual hay que luchar como causante de todos los males de la sociedad.

Eso es lo que hace el gobierno de Chávez. Inventó que el pueblo está mal porque la clase media está bien y sostiene que Estados Unidos es un imperio que nos hace daño. No obstante le vende el 80 por ciento de nuestro petróleo y le compra el 70 por ciento de todo lo que importamos. Esta es la mayor demostración de que es falso el argumento de la lucha contra el imperio. Dependemos de Estados Unidos más que nunca y estamos creando empleo en el imperio en lugar de crearlo en nuestra casa.

-¿Y la dependencia que mantenemos con Cuba?

-No dependemos económicamente de Cuba, pero sí ideológicamente. No conozco, en la historia de ningún país del mundo que haya salido a buscar a un invasor para que lo gobierne. Esto es lo que ha hecho este gobierno con Cuba que, no teniendo ningún poder económico o militar lo buscamos y lo trajimos para que nos someta. Son contradicciones de un régimen que no se apoya en su pueblo sino en el propósito de mantenerse por siempre en el poder. Y lo demuestran quienes han sido o son los grandes amigos de Chávez: Sadam Hussein, Gaddafi, Fidel y Raúl Castro. Gente que no ha resuelto ningún problema de su pueblo, pero han montado regímenes totalitarios que, al final, habiendo llegado por la vía democrática, se apoya en un ejército que somete la voluntad del pueblo.

-¿Por qué Venezuela llegó a esta situación?

-Estamos en una situación de crisis muy profunda económica, social e institucional que comenzó en el inicio de los años 80, con el deterioro de una economía exitosa, en los 20 años anteriores.

Entre 1960 y 1980, el salario promedio del trabajador venezolano, en términos de capacidad de compra, se había incrementado en 90 por ciento. Pero, desde los años 80 hasta el 2000, cayó en 70 por ciento. La pobreza, que había llegado a ser de 21 por ciento en los años 70, llegó a 70 por ciento, a fines de los 90. La corrupción dominó todo los espacios por lo cual se deterioro nuestra cultura de lo público y de los privado. Y esto ha contribuido a que la gente pierda la confianza en las instituciones. La crisis ha terminado siendo económica, institucional y cultural.

A fines de los años 90, cometimos el mismo error. Estábamos en una crisis terrible y nuestra dirigencia entendió que con una fiesta electoral íbamos a salir de la crisis. Tan banal fue nuestra interpretación que, hasta una candidata a Miss Universo se suponía que podía resolver los problemas. ¿No estaremos cometiendo el mismo error, cuando vemos que todos piensan en escoger primero a un candidato mediante un "marketing" electoral para una campaña exitosa?

Lo peor de todo esto es que la gente perdió la confianza en las élites académicas y políticas. Por eso, el ciudadano debe ser quien defina al país que quiere. Y en ese esfuerzo estamos, invitando a las comunidades para que haya una definición de lo que queremos como país y se lo digan a los dirigentes políticos.

Experiencia En El Mundo Politico

Werner Corrales cuenta, que cuando era estudiante en la Universidad Central de Venezuela fue dirigente socialcristiano, pero permaneció alejado de la política hasta mediados de los años 90 cuando respaldó al presidente Rafael Caldera, en su segundo mandato, de cuyo gabinete fue ministro de Cordiplan, de Industria y Comercio y embajador en las Naciones Unidas y en la Organización Mundial del Comercio. Actualmente dirigente del movimiento la Iniciativa Democrática. En su cuenta de Twitter Corrales se define como consultor internacional en temas de globalización y economía del desarrollo. Comprometido con la democracia en Venezuela, con progreso y libertad para todos.

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