Descentralización y Estado Cooperativo en la Agenda Venezolana.
Recién concluye en Chile la IV Cumbre Latinoamericana de Ciudades y Autoridades Locales, en la cual se firmó una Declaración final cuyo contenido es un reconocimiento a la necesidad de profundizar los procesos de descentralización en América Latina, ese espíritu se ve traducido en el título definitivo de ese documento que se lee: Hacia una Agenda descentralizadora con gobiernos locales más fuertes y empoderados([1]).
La descentralización y gobiernos locales más fuertes son dos de los muchos otros aspectos que se han visto afectados por la acción directa del gobierno nacional, que a través de la aparente implantación progresiva y silenciosa de un modelo de Estado que no logra desarrollar por su complejo diseño, ha venido debilitando la organización política-territorial denominada Municipio y con ella el proceso de descentralización en Venezuela.
El proceso electoral presidencial de octubre 2012 permitirá definir si continuamos con un proceso muy particular de “descentralización” diseñado bajo un sistema clientelista y centralizado, que se aleja considerablemente de un modelo que logre fortalecer las instituciones democráticas y acerque el verdadero poder político al ciudadano para incidir en políticas públicas; o si por el contrario, los resultados electorales nos permiten retomar el diseño constitucional de un Estado Federal y Descentralizado, donde las Instituciones y el ciudadano recuperen su rol protagónico.
El esfuerzo de Unidad que hemos presenciado los ciudadanos, ha logrado no sólo legitimar con votos la participación de un candidato a la elección presidencial, sino que además, se presenta con un Compromiso e Invitación para un Gobierno de Unidad([2]) por parte de los principales actores del sector democrático y complementa ese compromiso político un documento titulado Lineamientos para un Gobierno de Unidad (2013-2019)([3]), el cual va más allá de una simples recomendaciones, pues traduce en su esencia lo que es un proyecto alternativo de país.
Los Lineamientos para un Gobierno de Unidad plantea la descentralización como un vehículo para el fortalecimiento de la democracia en el marco de un Estado Democrático, Federal y Descentralizado. Este documento presentado el 23 de enero de 2012 recuerda que para recuperar la descentralización es necesario establecer adecuados mecanismos de coordinación entre las distintas instancias políticas y entre las distintas normas que se creen en el ámbito estadal y local.
Existe un consenso importante entre los Lineamientos para un Gobierno de Unidad y las conclusiones del Encuentro de las Organizaciones Sociales en Venezuela, evento celebrado en marzo 2012 ([4]), al señalar que el punto de partida de la descentralización en Venezuela debe ser el Federalismo Cooperativo, a través del cual, Estados y Municipios recuperen su lugar protagónico, y se pueda fomentar y fortalecer los espacios de concertación entre los niveles de gobierno y la sociedad organizada.
Otro consenso que existe se refiere al rol del Consejo Federal de Gobierno como actor esencial para el proceso de impulsar la cooperación y la construcción de políticas coherentes que promuevan la descentralización. Entre las recomendaciones presentadas por el documento de los Lineamientos para un Gobierno de Unidad, se plantea la redefinición del Fondo de Compensación Interterritorial y además la revisión de las normas que regulan a esta instancia rectora de la descentralización.
Entre otras recomendaciones que se hacen en el documento presentado el 23 de enero de 2012 están la reforma a las leyes que regulan al Consejo Estadal de Coordinación y Planificación Pública, y al Consejo Local de Planificación Local; así como también está la promoción de una nueva Ley que regule la descentralización en Venezuela y la revisión a la Ley Orgánica del Poder Público Municipal.
Si el país asume el espíritu de Unidad y la voluntad política se une a ese espíritu, a través de las distintas instancias de planificación que existen, mencionadas en el párrafo anterior, el Consejo Federal de Gobierno, podría lograr a través de un esfuerzo de coordinación y colaboración desarrollar un debate nacional que concluya en un gran Plan Nacional para la Descentralización que sea el producto de un proceso participativo. ¿Por qué en esas instancias de planificación?, porque en ellas se encuentran los ciudadanos con las autoridades locales, lo que permitiría un debate político y cívico en un marco de Unidad para el reimpulso de la Descentralización.
Nuestra democracia la vaciaron de ciudadanía y un proceso de descentralización coherente contribuye para que volvamos a recuperar los valores básicos que sostengan el espíritu ciudadano para fortalecer la democracia desde la propia convivencia ciudadana en sus comunidades. La tarea de recomponer el Estado se inicia con la participación ciudadana en los procesos electorales, continúa con la voluntad política de acercar la política al ciudadano y se complementa con la participación responsable de los ciudadanos, que libremente lo deseen, en los asuntos públicos por las vías regulares e institucionales. Tenemos una oportunidad y la vía no es otra que la participación y el reencuentro de todos los actores sociales, políticos y económicos de la sociedad.
Carlos Romero Mendoza.
@carome31